En un caso insólito en la historia de Chile, el izquierdista Rodrigo Rojas Vade, líder de las protestas de 2019, fingió tener cáncer para ser electo.
El constituyente es uno de los encargados en redactar una nueva Constitución Política.
Rojas saltó rápidamente a los medios por su imagen, sin cabello ni cejas por sus supuestos tratamientos de quimioterapia y sus combativos reclamos durante las manifestaciones de aquel año que pusieron en jaque al gobierno de Sebastián Piñera.
Insólitamente, afirmaba tener la enfermedad y exigía una mejor sanidad, la cual, que según él, faltaba en el país.
Parte de la convención encargada de redactar la nueva Constitución lo denunció hace un par de días ante la Fiscalía, ya que confesó haber fingido todo el tiempo.
“Hemos tomado conocimiento a través de los medios de que el señor Rojas ha afirmado no tener cáncer y que, por tanto, la declaración referida no sería fidedigna”, indica la denuncia.
Horas antes, desde la convención aseguraron que analizarán el tema en los próximos días, aunque el futuro político es incierto puesto que la renuncia de un convencional no está contemplada en los reglamentos, excepto en caso de enfermedad grave, según señalan los expertos.
Rojas Vade también enfrentaría causas civiles y penales. Dado que en la declaración obligatoria de intereses que entregó tras asumir, aseveró que tiene una deuda de 27 millones de pesos chilenos (un equivalente a 34800 dólares) con el banco Scotiabank; alegó que este endeudamiento “corresponde a financiamiento de tratamiento quimioterapéutico”.
“Nosotros somos humanos, no somos dioses para no fallar” es la declaración de la presidenta feminista y mapuche de la Convención, Elisa Loncón, quien anunció a Tania Madriaga como reemplazo de Rojas.