Hoy, 16 de junio, se cumplen 66 años del bombardeo a la Plaza de Mayo por parte de la Armada Argentina, en un intento de golpe de estado hacia Perón, expresidente de la República Argentina electo democráticamente.
Los inicios del conflicto se remontan a abril de 1954, cuando se eligió a Alberto Teisaire como vicepresidente de la República, quien a pesar de haber sido Ministro de Marina durante el gobierno del GOU, creaba apatía en los sectores navales y no tuvo apoyo desde dicha fuerza. En cuestión de meses, se dieron las primeras expresiones públicas de división entre los sectores católicos y el peronismo, por medio de manifestaciones.
Por otro lado, en términos de políticas, Perón eliminó la Dirección de Enseñanza Religiosa, legalizó la prostitución y permitió el divorcio vincular, entre otras legislaciones que lo desmarcaban de las posturas católicas. La semana anterior a los hechos se dio una manifestación masiva en la celebración del Corpus Christi, en donde no solo se sumaron los fieles, sino también diversos sectores que se encontraban disconformes con el gobierno peronista. Como respuesta, la CGT convocó a una marcha para el 16 de Junio y los Marinos dijeron que presentarían en esa fecha un “espectáculo aéreo” en honor al presidente, lo que funcionó como fachada para la movilización de los aviones atacantes.
El mismo Perón admitió saber del ataque con la suficiente antelación como para resguardarse lejos de la Casa Rosada, pero decidió no evacuar la misma y mantener el llamado a manifestarse de la CGT, según Ruiz Moreno.
Los aviones atacantes tenían pintados una cruz encima de una V, representando su lema “Cristo Vence”, por lo que sectores oficialistas, organizados posiblemente por Teisaire, activaron un plan de quema de iglesias. Este suceso fue uno de los más violentos en la historia argentina, dejando alrededor de 300 muertos en un día. Tres meses después, se daría el golpe de Estado que dejaría a Perón en el exilio.