Durante el día de ayer, se realizaron numerosas manifestaciones tanto en el país como en el resto del mundo, en relación a la celebración de la 8va Movilización Mundial por el Cambio Climático. La jornada incluyó intervenciones artísticas, música y talleres al igual que en las movilizaciones anteriores.

Bajo la premisa de realizar una «Huelga Mundial por el Clima», numerosas organizaciones ambientalistas, convocadas por ONGs como Eco House, Fridays For Future Argentina, Clima Save Movement, Jóvenes por el Clima, Alianza por el Clima, Sustentabilidad sin Fronteras, entre otras, se manifestaron para visibilizar la crisis climática y exigir al Congreso la realización de acciones concretas.
Desde Clima Save Movement sostienen: «En estas elecciones legislativas queremos votar a candidatos que estén realmente alineados con los objetivos del Acuerdo de París y que alcen su voz frente a: la erosión ambiental, el abuso de nuestros territorios y la violación de los derechos de las comunidades que los habitan«.
Y demandan: «Queremos conocer sus propuestas y acciones concretas y que abran al debate popular las decisiones que involucren al ambiente como el acuerdo porcino con China, la Ley de Hidrocarburos, la megaminería y la exploración sísmica, los desmontes, el sistemático uso de agrotóxicos, entre tantas otras«.
En este contexto, lo verdaderamente llamativo de las manifestaciones es el hecho de que, por primera vez, militantes de La Cámpora (Frente de Todos), la Juventud PRO (Cambiemos) y organizaciones asociadas al Frente de Izquierda (MSN y FIT-U), marcharan de la mano por una misma causa.
Es curioso que sucedan situaciones en las cuales, dos o más fuerzas políticas, que dicen ser totalmente distintas y opuestas unas con otras, de pronto se encuentren compartiendo exactamente la misma agenda en términos de medioambiente. Más aún, es irónico que espacios políticos provenientes del Frente de Todos y del PRO reclamen medidas a un Congreso dominado casi en su totalidad por dichos partidos.
Pareciera ser que temas como la Ley de Humedales, la implementación del Acuerdo de Escazú (que implica volver pública la información ambiental), políticas de adaptación a cambios climáticos u otros temas fuera de la cuestión medioambiental, son «militables» e «ignorables» por igual, en función de la conveniencia o no de ambos bandos.
Ante esto vale la pena recordar la célebre frase de un ex candidato a presidente, durante el debate presidencial del año 2019, quien dijo: «Muchachos abrácense, tan distintos no son…».