Ante la situación que se lleva los ojos del mundo, el organismo financiero internacional también tomó cartas en el asunto. Argumentando una “falta de claridad” en el liderazgo del país de Oriente Medio, se bloquearon oficialmente los fondos destinados a ingresar este lunes.
Afganistán debía recibir esta semana más de 455 millones de dólares, que se depositaron como activos, pero sin ninguna posibilidad de control o cambio. Tanto Estados Unidos, como el Banco Mundial y la Unión Europea tomaron medidas similares, deteniendo cualquier tipo de asistencia o cooperación, salvo leves proporciones de ayuda humanitaria.
Buena parte de los fondos, cuyo ingreso fue pactado por el gobierno que no pudo sostener el avance talibán, iban a ser destinados a la mitigación del COVID-19. El Estado depende en gran medida del sistema de cooperación internacional (los ingresos representan alrededor del 40% de su PBI), y todos los tipos de asistencia comenzaron a bloquearse.
Los indicadores económicos del país nunca fueron del todo alentadores, pero la inestabilidad política puede contribuir aún más con el colapso de varias dimensiones dentro del Estado. Las principales actividades de sustento del régimen históricamente fueron el cultivo y tráfico de amapola (materia prima de la heroína y el opio), como la extorsión a empresas y el pago por secuestros.
Kabul se suma a una lista que ya encabezan Venezuela y Myanmar en cuanto al congelamiento de fondos, en un escenario donde algunos miembros de la comunidad internacional (sobre todo quienes encabezan estos gigantes financieros) no vacilan en aplicar sanciones.
¿Qué opinás de las medidas tomadas? ¿Cómo creés que van a afectar al país internacionalmente?