Los Estados Unidos de América están pasando por una situación complicada, su alta inflación y la crisis de cadenas que tienen se resiente tanto en el poder adquisitivo de sus habitantes (y de todo aquel que tenga un dólar en su poder), como de la oferta de bienes que deja incertidumbre en los precios.
En este contexto, Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal Estadounidense pronunció sus próximas medidas para frenar la inflación y que la economía se estabilice. La principal será la suba de interés que propondrá la reserva federal para todos los bancos con la idea de que sea una política monetaria restrictiva, se intenta con esto que la demanda de dinero suba para pagar los precios de los préstamos o cambios.
¨Continuaremos hasta que sintamos que estamos en un lugar donde podemos decir que las condiciones financieras están en un lugar apropiado, vemos que la inflación está bajando. Iremos a ese punto. No habrá ninguna duda al respecto¨. Dijo el CEO de la FED, que ya había anticipado que la institución tenía un objetivo de bajar la inflación al 2%.
La economía de EE. UU. experimentó una contracción del crecimiento a un ritmo del 1,4 % en el primer trimestre de 2022, debido a la gran sobreoferta de dinero actual que se da, sumado a la restricción del lado de la oferta que según los especialistas se da con la guerra Ruso-Ucraniana.
La semana pasada, en diálogo con el diario CNBC, Jerome Powell hizo saber que las medidas vendrán con ¨dolor incluido¨. Es posible que estas mismas medidas arrastren un desempleo medido cercano al 3,6%, un poco más arriba del último registrado, en 1960.
Los dichos del mandatario no deben ser tomados como algo banal, es la persona encargada de la oferta de dinero y tasas de interés que manejan los ciclos económicos y son los primeros responsables de la inflación que se sufre, son tanto el problema como la solución.
Al agregar que «podría haber algo de dolor involucrado en la restauración de la estabilidad de precios», también dijo que el mercado laboral debería permanecer fuerte, con bajo desempleo y salarios más altos pese a los diagnósticos de los especialistas.